viernes, 23 de noviembre de 2007

Tushar Gupta

Este es el equipo mexicano de cricket. Sí, aunque no parezca posible. Están enrrachados. Ganaron un torneo a nivel Norteamérica hace un mes, contra todo pronóstico. Y hace un par de semanas han ganado la Copa Centroamericana de cricket, al vencer en la final al combinado de Belice. El primero por la derecha, con gorra, es Tushar Gupta, un mercader indúe asentado en México desde hace años.
Somos amigos desde hace mucho tiempo por que compartimos una casa en Guadalajara, México. Una casa que había pertenecido a un narco de medio pelo y tras su captura las autoridades la subastaron al mejor postor. Digo esto porque en dicho hogar organizamos muchas y grandes fiestas, gracias a la buena energía y también a la pequeña cantina que era el corazón de aquel lugar. Una cantinita circular, con asientos acolchados en terciopelo, barra de madera y botellero empotrado en la pared. Alrededor de este pequeño corazón nos reunimos siempre con cualquier pretexto.
Ahora Tushar es un campeón del cricket. No todo lo que los ingleses inseminaron en sus ex colonias fue negativo. Un ciudadano de la India que juega al cricket, vive y trabaja y se enamora en México, aprende chino en sus ratos libres: eso es globalización.

La fábula de las regiones

Se acaba de publicar el último libro de Alejandro Rossi, Edén. Va entonces unas líneas sobre otro de sus singulares libros, aparecido hace muchos años.
*
Hace un tiempo encontré un libro de Alejandro Rossi, La fábula de las regiones, en la biblioteca del Instituto de México. Fue una sorpresa refrescante porque yo, distraído de nacimiento, buscaba otras cuestiones y ahí estaba este librito editado por Anagrama justo después del éxito del Manual del distraído.
Se trata de una serie de relatos con el leit motiv de la Región Geográfica como diferenciación política, cultural y hasta genética. Rossi nunca escribe una sola palabra de sobra. Es un deleite -en esta época de libros que sobrepasan las 600 páginas de verborrea campante- encontrar un libro que basa su poder en la economía y precisión del lenguaje (135 páginas con tipo grande y generosos márgenes). Es notorio que Calvino todavía tiene lectores.
Pero también Faulkner y Onetti tienen en Rossi a un lector serio. Los relatos de La fábula de las regiones poseen ese componente climático (el bochorno, los sudores, la inclemencia) que se cuela por las narices y los poros de la piel hasta llegar al alma. Y trastornarla, delinearla. Ahí están las mismas historias ancestrales, los triángulos amorosos entre familiares (tan viejos como el cencerro de las ovejas), la puñalada por la espalda del amigo, la hembra caliente que derrite al más templado, los ideales disfrazados de soldaditos de juguete.
La desesperanza dibuja cada relato pero con gotas de humor ligero, casi elegante, a diferencia de la absoluta falta del mismo en la mayoría de textos onettianos. Rossi opta por sonreír de vez en vez ante la repetición de los mismos pecados latinoamericanos, los mismos errores heredados del catolicismo, la larga mano negra de la civilización occidental. Una forma sabia de ofrecer su visión del mundo a partir de la creación del lenguaje.
Un detalle formal: el alto registro de sus comparaciones, la exactitud de sus metáforas.
Un libro que da gusto leer. En verdad.
Van algunas líneas.
“La cortesía de un negro, Lorenzo, puede ser exquisita. Hay una suavidad de mirada y de tacto que sólo ellos tienen.
“-¿Usted cree en la Patria, Don Leandro? –Por supuesto, aunque no aspiro a comprenderla. Que quede claro.
“La verdadera patria son las regiones, no esas fronteras de tinta china creadas por la diplomacia.
“(…) el Colegio de Historiadores es una de las instituciones más cuidadas por nuestro gobierno. Entrar allí es un privilegio y un alto honor. La tarea de ellos, Don Fernando, es inventar la Patria, darle forma, jerarquizar el endiablado remolino de los acontecimientos, ordenar las innumerables opiniones que recorren, como pájaros extraviados, estas interminables regiones.
“Tenía ojos de pasajero, de muchacho que ha viajado solitario por nuestros laberintos fluviales.
“(…) la velocidad se paga con la vejez prematura, con ojeras de carbón y con una curiosa forma de la desolación. Mirar las cosas con lentitud ha sido mi invariable divisa y no puedo quejarme de los resultados.
“El amor es así, necesita confirmación, un espejismo que exige realidad.
“Nunca entramos solos al amor, están con nosotros quienes nos precedieron, genealogías iluminadas u obscenas cuyo origen exacto ignoramos.
“Los viejos, Marielita, tenemos que aprovechar el amanecer. Ya estoy muy tieso para hacerte el amor en la hamaca. Vámonos para allá.
“También es verdad que sabía darle al amor, con astucia de anciano, un aire de postrimerías, de necesidad vital, de medicina, de jugarse la vida, que ningún joven, salvo los enamorados de la muerte, pueden combinar.
“A veces, cuando se cansaba de hablar, se resbalaba por el costado de la flaca nazarena y le acariciaba el pezón con la lengua y luego abría la boca, becerro viejo, para que el seno opulento se la llenara”.

Testamento

Como la selva virgen,
me alimento de mi propia muerte.

Capullo Pepino

No sé por qué tomé esta foto, me parece muy cagado, muy infantil. No se me ocurre otra cosa más que reirme de este pequeño mameluco. Lo bauticé como Capullo Pepino, o Pepino Capullo. Je!
Calle de la Cruz, Madrid.

Patio Maravillas


A pesar de que han cerrado el local de La Dinamo en Lavapiés, existe desde hace varios meses otra alternativa para mentes inquietas en el centro de Madrid. El Patio Maravillas, en el barrio del Conde Duque, alberga conciertos, talleres, encuentros multidisciplinares, charlas vecinales y toda esa vidilla sana que brota como agua fresca si la comunidad está organizada.
El barrio respira distinto y eso siempre es de agradecer. Creativa y larga vida, que siempre podamos caminar alegres.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cinco Haikús

1.
La luna sirvió
Hace ya mucho tiempo
Como agujero.

2.
Ven, ave fénix
No te des por vencida
Fornicándome.

3.
Solamente yo
Te ví correr desnuda
Bajo la luna.

4.
Inquisiciones,
Presencia que desarma
Trabajos, alma.

5.
“No existen hechos,
Sólo interpretaciones”.
Hitler lee a Nietzsche.

martes, 20 de noviembre de 2007

Constructor ortográfico

A este sólo le falta una coma. Maravilla semiológica, tarjeta de presentación lingüística, futuro Rey del Ladrillo de Ultratumba, sabio albañil que opina aquello de que el cemento, al igual que cada uno de nosotros, termina en el cementerio.
Jalpa de Cánovas, Gto. México

Blackman & me


Esta foto está en el salón de casa de Petizo y Alex en Lavapiés. Me encanta la fuerza contenida, el dar la espalda. Siempre fue divertido correr, dejar este mundo detrás...

Estatua de alquiler


La estatua del lector de periódicos no es obra de SAM3. Desconozco quien haya fundido tanto metal en esa forma que parece una versión apresurada de El Pensador de Rodin. Pero lo cierto es que la reinterpretación de esta escultura, de su tiempo y su espacio, la conversión de su significado sí es obra de SAM3. Este inquieto autor visual se ha especializado en la representación del espacio e inmobiliario urbano con tino, gusto y a veces mucha ironía. Si no me creen, dénse un paseo por su página personal. Su mirada independiente se clava en los detalles y de esta manera hace estallar conceptos actuales de la civilización occidental con un par de plantillas, cerebro y tinta. No se necesita más.
Plaza de la Paja, Madrid.

martes, 13 de noviembre de 2007

Estribillo punk

La mierda me educa
Le gusto al sistema
Me quiere tragar
Quiere mi lexema!!