martes, 30 de octubre de 2007

Niño-pared

Justo en la entrada de La Dinamo existe este niño incrustado en la pared, el guardián de dicha asociación cultural, el portero de cemento que encontró un hueco en el mismo y acomodó allí su cara, la cual embonó perfectamente, como si a uno Dios le hiciese una ventana con las medidas y formas justas de nuestro rostro. Este pequeño Caronte surge del mismo muro y permanece en él, no ya sólo como grafiti sino como ser atrapado también. Quizá sólo busca una moneda para llevarnos en su barca hasta el otro lado del río y así poder descansar toda una eternidad.

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