
Un espía sale del frío en Bratislava en recuerdo de la Guerra Fría. Europa todavía huele a pólvora, sangre, traición y miedo. Europa, la viejísima señora culta que jugaba ajedrez por las tardes, rezaba por las mañanas, coqueteaba a la hora del aperitivo, cerraba negocios durante la comida y traicionaba por las noches. Europa fría, Europa espía.
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