miércoles, 22 de agosto de 2007

Permiso para prohibir

Salí temprano de casa para tramitar un nuevo pasaporte en la Embajada, que al otro se le acabaron los días. Iba de camino contento en la fresca mañana madrileña, y me encuentro, no sin antes dudar, este grafo. Pensé que era el típico de "Prohibido fijar carteles" pero luego pillé el juego. Y es que en esta España posfranquista casi todos mis amigos españoles de generación y andanzas han pasado por la mili. Historias les sobran, pero también es verdad que rieron y fliparon cuando les conté la peculiar forma de hacer el servicio militar en México cuando se cumple la mayoría de edad. ¿Alguien recuerda el sistema de bola negra/bola blanca? Según me han dicho mis hermanos, ahora la onda es diferente y la mili mexicana se ha convertido en una tentativa de servicio social. Sin embargo, ahora reformamos (qué palabra tan francesa) el famoso lema de aquel mayo parisino, el "Prohibido prohibir" por el "Permiso para prohibir" que se llenen los cuarteles de chavales con más acné que ganas de ser carne de cañón.
Madrid, calle León 31, como bien se observa, cerquita de Antón Martín.

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